A la hora de enfocar el proceso, se distinguen diferentes de personas  con de los que es conveniente trabajar, y sobre todo, escuchar:

I.Infancia: Infancia y calle son dos conceptos eternamente relacionados. El juego vertebra esta experiencia que se prolongará durante años y marcará los hábitos de la persona en su adolescencia y adultez. Es interesante analizar estas opiniones por lo claras y sinceras que tienden a ser.

II.Personas adultas (residentes): Personas de entre 30-60 años que residen de manera habitual o por temporalidades, en la localidad. Acostumbradas a esta pero también usuarios de otros núcleos urbanos. Son el motor de la población y la transitan desde un punto de vista crítico.

 III.Turismo: En un pueblo de las características de Alcalá del Júcar, con una aspiración tan grande al agrado del tercer sector, sería un error ignorar la opinión de aquellas personas que visitan la localidad con tranquilidad y esparcimiento, y que de su experiencia puede depender regresar o no. Nos centramos en personas adultas también, pero desde la perspectiva del ocio. Se incide aquí en el carácter viajero de este sector, que desarrolla su visión del espacio y el paisaje urbano, probablemente, a través de la comparación con otros destinos, pudiendo revelar modelos que ya han funcionado en otros lugares.

IV.3ª edad: Personas a partir de 60 años, habitantes que han visto transformarse Alcalá y con capacidad de dilucidar claramente que es lo que destacaría de esta en cada momento de su historia. Con una tendencia a economizar esfuerzo que marca sus actos, aportan un sentido práctico al estudio.

VI.Administración: En general, conoce la población y forma parte de ella. Pero además trabaja por está conociendo también sus limitaciones y potenciales a todos los niveles. Esto genera una perspectiva que suele decantarse hacia la racionalidad, equilibrando la visión global de la población, que tiende a la demanda de necesidades, más que a la resolución.